¿Los de atrás vienen conmigo?
El desarrollo de los ODS se basó en una promesa fundamental: no
dejar a nadie atrás.
-“Los países se han
comprometido a acelerar el progreso para aquellos más atrasados. Es por esto
que los ODS han sido diseñados para traer al mundo varios “ceros” que cambien
la vida, lo que incluye pobreza cero, hambre cero, SIDA cero y discriminación
cero contra las mujeres y niñas.”
La premisa suena romantizada,
pero justa. Sin embargo, en el vídeo se menciona repetidamente la inexistencia
de indicadores que midan la desigualdad o la disminución de la desigualdad en
salud. Es como si el concepto de “desigualdad” se quedara en la retórica,
su trascendencia pareciera una obviedad al hablar de los objetivos de
desarrollo, sin embargo, no se operacionaliza. Considero importante la necesidad
de hacer énfasis en el desarrollo de indicadores para medir la extrema y
creciente desigualdad del ingreso entre la población, producto del sistema neoliberal,
de libre mercado, cuya premisa oculta es “enriquecer aún más al rico y
empobrecer aún más al pobre”, con peculiar relevancia en los países en vías de
desarrollo por la tendencia a la desaparición de la clase media, que está
profundizando y acentuando cada vez más las desigualdades entre individuos
hasta alcanzar las diferencias abismales que actualmente vivimos.
Baste con analizar lo ocurrido
con la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, firmada en septiembre de
2000, que comprometía a los dirigentes mundiales a cumplir propósitos
encaminados a luchar contra la pobreza, el hambre, la mortalidad materna e infantil,
el VIH y otras enfermedades infecciosas, el analfabetismo, la degradación del
medio ambiente y la discriminación contra la mujer para el año 2015: al día de
hoy se sabe que se logró una disminución en las tasas de incidencia y
mortalidad en temas específicos, como muerte materna e infantil o tuberculosis,
sin embargo, las curvas de concentración de la desigualdad en salud evidencian que,
pese a que en ciertos rubros se mejoró en promedios, la desigualdad no ha cambiado
en 20 años. La misma gente que era pobre para año 2000, lo sigue siendo
ahora. Esa es la gente que hemos dejado atrás. Y se es el tema más importante que
deben abarcar los ODS si realmente se quiere que todos avancemos hacia la igualdad
y el bienestar. Si realmente se quiere lograr que la premisa de “no dejar a
nadie atrás” no persista como una promesa falaz.
Se debe saber que la tarea de cumplir
con los ODS es una tarea titánica: se está luchando contra una hidra que representa
al sistema mismo. Creo que depende de todos, no sólo de los gobiernos mundiales
y la reestructuración de políticas públicas, luchar por cortar una a una las
cabezas de esa bestia, contenerla para que deje de azotar a la población más
vulnerable, a todos ellos: los de atrás.
Excelente reflexión!
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